"El asesinato de Roger Ackroyd", de Agatha Christie

La acción se sitúa en King's Abbot, un pequeño y tranquilo pueblo, donde pocas cosas emocionantes suceden. Hasta el día en el que Mrs. Ferrars, víctima de un chantaje, se suicida, dejando a Roger Ackroyd (al que le unía una relación amorosa) una carta en la que revela el nombre del chantajista. Roger Ackroyd, millonario y persona más influyente del pueblo, apenas tiene tiempo de leer esa carta, cuando es asesinado en su casa. 

Será Hercule Poirot, quien se encuentra retirado en King's Abbot, el que se encargue de desentrañar el misterio de la muerte de Roger Ackroyd. Y en este caso, contará con la ayuda de otro habitante del pueblo, el Dr. Sheppard, quien verá en este hecho la oportunidad perfecta de escapar de su monótona vida y ponerle algo de emoción a sus días.

- Si estas paredes pudiesen hablar... -murmuré.
Poirot movió la cabeza.
- No basta con una lengua. También deberían tener ojos y oídos. Pero no esté demasiado seguro de que estas cosas inertes -tocó ligeramente la estantería al hablar- permanezcan siempre mudas. A veces me hablan: las sillas, las mesas, me envían su mensaje.

Este libro fue publicado en 1926 y es el libro que catapultó a la fama a Agatha Christie. Además, es considerado una de sus mejores obras y está incluido en la lista de los mejores libros policíacos de todos los tiempos. 

A diferencia de las otras novelas que he leído de Agatha Christie, El asesinato de Roger Acroyd está narrado en primera persona. Narración que corre a cargo del Dr. Sheppard. Este hecho ha supuesto una novedad, y un detalle que me ha gustado mucho.

Como siempre, son bastantes los personajes que se presentan a lo largo de la trama, y aparte de Hercule Poirot, sus células grises y el Dr. Sheppard, otro de los personajes más destacables de este libro es Caroline Sheppard; hermana del doctor y cotilla oficial del pueblo. Hay pocas cosas que escapen a su conocimiento cuando de chismes se trata. Ha sido un personaje que me ha divertido.

La trama sigue la estructura de los libros de la autora: se produce una muerte en extrañas circunstancias, muchos personajes son los que podrían haber cometido el crimen y poco a poco se van desvelando implicaciones, secretos y motivos que les han podido llevar a asesinar al protagonista. De manera que, en ese sentido no es muy novedoso. Pero sí hay algo diferente y destacable en este libro, y es sin duda el final. De hecho, a medida que lo iba leyendo no tenía mucho que resaltar sobre la historia, tan solo que era entretenida. Y partiendo de esas premisas de que era uno de sus mejores libros y demás, llegué a pensar que no me parecía para tanto. Lo cierto es que la historia no terminaba de engancharme, como sí lo hizo, por ejemplo, Diez negritos. Lo bueno, lo magnífico, llegó en las páginas finales, cuando Poirot desvela el misterio y me hace soltar un gran: "¡Joder!" Perdón por la expresión, pero no quiero faltar a la verdad; fue así cómo sucedió.

A pesar de esta efusiva exclamación que me hizo soltar la gran Agatha, también os digo que la resolución de esta trama estaba entre mis teorías (puede que esté empezando a usar mis células grises). Más que nada, porque es el cuarto libro que leo de Agatha Christie en apenas unos meses y ya tiendo a pensar en las teorías más enrevesadas posibles cuando me dispongo a leerla. Pero no porque se me hubiera pasado por la cabeza, deja de ser menos bueno. Ha sido el mejor final de lo poco que he podido leer de Agatha Christie hasta ahora. Quizá no sea el más impredecible de sus finales, pero sí uno de los más impactantes e interesantes. Estoy segura de que en su día, debió de ser brutal. Lo malo es que no pueda deciros claramente el porqué de tal genialidad; sería contaros y desvelaros demasiado. Así que tendréis que descubrirlo vosotros mismos.

Poirot lo sabe todo. No lo olviden.