31 marzo 2016

"Trece sobres azules", de Maureen Johnson





Trece sobres azules
Maureen Johnson
349 páginas
Maeva Young
16.90€
978-84-16363-65-0


*Gracias a Maeva por el ejemplar*








Opinión personal:

Lo mejor de la tía Peg era que, cuando estaba con ella, Ginny se sentía más interesante. No permanecía callada y sumisa. Era más ruidosa. La tía Peg la hacía ser diferente.

Cuando vi este libro entre las novedades y leí su sinopsis, me dije: ¡tengo que leerlo! Porque no me negaréis que si os mencionan que la protagonista se encuentra con trece sobres, escritos por su excéntrica tía, que le van dando instrucciones, diciéndole los sitios a los que tiene que viajar, que no puede llevar ningún aparato electrónico y tan solo viajar con lo que le quepa en una mochila, es una sinopsis de lo más atractiva, ¿no os parece? Sus páginas prometían hacer vivir toda una aventura por Europa, y me apetecía mucho leer un libro así, que me hiciera viajar. 

¿Qué ha pasado? Bueno, no ha sido tan bueno como esperaba. Por varios motivos. 

El primero, la protagonista. Ginny es una protagonista con la que es difícil conectar, sobre todo porque la autora no nos da mucha información de ella. He terminado el libro con la sensación de que no se nada de ella, a excepción de que es tímida, tiene una tía que se llama Peg, una mejor amiga y poco más. En serio, nada de su familia, de sus padres, ¿tiene hermanos? ¿Dónde vive? ¿Qué estudia? ¿Qué le gusta? Ni idea; no tengo ni idea. Y vale, entiendo perfectamente que si una persona es tímida le cueste entablar conversación, hablar con desconocidos, incluso expresar sentimientos. Pero lo de esta chica es no tener sangre en las venas. Está viajando por toda Europa, conociendo ciudades tan bonitas, especiales, con tanto encanto, como Londres, París, Roma, Ámsterdam o Escocia, y se limita a ser una mera espectadora, no las vive, ni las disfruta, ni tiene ningún interés por conocerlas. Es difícil entenderlo. Es una protagonista pasiva, que llega a ser aburrida. Y el hecho de que apenas evolucione durante el tiempo que dura su viaje, la convierte en un personaje un poco plano. 

El segundo motivo tiene que ver con la trama. Para mí, la idea es absolutamente genial; me parece muy interesante. Pero creo que la autora no ha sabido explotarla, porque este libro, de haber tenido una protagonista diferente y haber trabajado más en la ambientación, podría haber sido una historia muy buena. Sin embargo, se ha quedado en una historia entretenida, con personajes más bien planos con los que no se consiguen conectar, ni tampoco disfrutar de las ciudades por las que la protagonista va viajando y que se supone son el eje que guía la trama.  

Le iba a estallar el corazón. Se le iba a salir del pecho disparado para aterrizar en la acera como un pez que colea desesperado. Seguiría latiendo todo lo que pudiera, dando botes entre las colillas y los envoltorios tirados por el suelo, hasta que por fin se calmara. Y entonces ella lo recogería del suelo y se lo volvería a colocar en su sitio.

Después, ha habido otros detalles que me han chirriado bastante, incluso algunos han llegado a molestarme. Como el hecho de que la protagonista apenas sepa nada (pero nada de nada) sobre ciudades como Londres, París o Roma. Ni siquiera la moneda o los sitios que son visita obligatoria. ¡Ginny no tiene ni idea de lo que es el London Eye! O por ejemplo, pasa junto a una fuente enorme con esculturas y tampoco sabe que se trata de la Fontana de Trevi. ¿Perdona? Que una persona no haya viajado mucho, no quiere decir que no tenga una cultura general sobre países o ciudades. Entiendo que los americanos se crean los amos y que su país es muy interesante, pero me ha llegado a parecer una falta de respeto que la autora se haya comportado así con ciudades y lugares tan importantes. No les ha dado el trato que se merecían, porque con los escenarios que tenía a su disposición no le saca ni la mitad de la mitad del partido que podría haberles sacado. Y es una pena. Para mí, no ha dejado en muy buen lugar a los adolescentes americanos, porque estoy casi segura de que cualquiera de ellos tiene un poco más de cultura europea que la pobre Ginny.

Quitando estos detalles y el hecho de que la autora no haya sacado el suficiente partido a su idea, su narración es sencilla, directa y muy ágil. Está narrado en tercera persona, pero desde el punto de vista de Ginny. Los capítulos son cortos y se van intercalando con las cartas escritas por la tía Peg. Es una lectura muy rápida, perfecta para leerla del tirón durante una tarde aburrida.

Tenéis que saber que tiene una segunda parte, aún no publicada en español: The last little blue envelope. A pesar de ello, la historia no tiene un final muy abierto. De hecho, perfectamente puede tomarse como autoconclusivo. Aunque supongo, que cuando lo publiquen, la curiosidad y mis ganas de saber si Ginny ha espabilado un poco, me harán leerlo.

Parece que me he cebado un poco con Maureen Johnson, ¿no? Pero bueno, tened en cuenta que tan solo son mis impresiones. Igual que os he dicho todo lo menos bueno de este libro, también tengo que deciros que se lee en un abrir y cerrar de ojos. Que sí, que no es muy profundo, ni en personajes ni en historia, pero hace pasar un rato muy entretenido y desconectar. 


3 comentarios:

  1. Este tiene algo que me atrae mucho, así que no descarto para nada leerlo.
    Un beso ^^

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  2. Hola! Había visto el libro pero no me había parado a leer la sinopsis y la verdad es que a mí también me han entrado ganas de leerlo aunque después de leer tu opinión sobre la protagonista creo que me pasará lo mismo que a ti. Aún así, si surge la oportunidad de leerlo la voy a aprovechar ;) Un beso!

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  3. Yo antes de leer tu reseña ya lo tenía descartado... No eres la única que habla así del auto por lo que no tengo pensado leerlo. Son muchas lecturas pe dientes...
    Besos chicas

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