20 julio 2017

"Una habitación propia", de Virginia Woolf


Una habitación propia | Virginia Woolf
Austral | 155 páginas
9788432222825 | 10.95€





Nos apetecía mucho conocer a Virginia Woolf; sin embargo, no sabíamos muy bien por cuál de sus libros empezar. Así que, confesamos que lo que nos decidió definitivamente a leer Una habitación propia en primer lugar fue la bonita edición de Austral. Sí, así es. Aunque también tenemos que decir que las buenas críticas que tiene y lo mucho que se habla de él últimamente jugaron un papel importante. 

Una habitación propia se publicó por primera vez en 1929, y es un ensayo basado en una serie de conferencias que Virginia Woolf ofreció en dos universidades femeninas. El tema de esas conferencias era la mujer y la novela.

Cierra con llave tus bibliotecas, si quieres, pero no hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente. 

De manera que, a lo largo de apenas ciento cincuenta páginas, la autora realiza una profunda y amplia reflexión sobre las mujeres y la literatura a raíz de la pregunta: ¿Qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas? Para llegar a la conclusión, y a una de las frases más universalmente conocida de la autora, de que una mujer debe tener dinero y una habitación propia si desea escribir ficción. 

Tenemos que reconocer que las primeras páginas nos resultaron complejas y algo tediosas, quizá porque nunca habíamos leído un ensayo y también, porque no conseguíamos situarnos. Así que, leímos el primer capítulo casi por obligación, con el temor de que nos convirtiéramos en unas de las pocas personas que hablaran mal de este libro, pero con la esperanza de que a medida que avanzáramos en la lectura nos situaríamos y lo veríamos con otros ojos. Y justamente fue esto último lo que sucedió: poco a poco nos vimos arrastradas por la escritura de la autora, pero sobre todo, por sus reflexiones.

A lo largo de esas reflexiones se nos muestra el difícil papel de la mujer en esa época. Virginia Woolf habla de mujeres con mucho talento artístico que no pudieron desarrollarlo en las mismas condiciones que cualquier hombre de la época por vivir en una sociedad machista en la que no había igualdad de oportunidades entre ambos géneros. En este sentido, nos ha parecido brillante la creación por parte de la autora de la hermana ficticia de Shakespeare, una hermana con el mismo talento que el mismísimo Shakespeare pero que, por la falta de oportunidades brindadas en aquella época a la mujer, nunca logrará triunfar como lo hizo su hermano. Una clara muestra de que mujeres con el mismo, o incluso un mayor, talento que cualquier hombre, no pudieron triunfar por verse privadas de formación, libertad, espacio, tiempo y oportunidades.

El estilo de Virginia Woolf nos ha parecido brillante. Una prosa cargada de metáforas inteligentes que muestra a la perfección cómo la autora estaba adelantada a su época. Su prosa es sencilla y muy directa, destacando todos aquellos momentos en los que se dirige directamente a su público, oyente y lector.

No es necesario apresurarse. No es necesario brillar. No es necesario ser nadie más que uno mismo.

En definitiva, un clásico que todo el mundo, hombre o mujer, debería leer. Una lectura que rebosa amor por la literatura; una lectura didáctica, entretenida y por momentos incluso divertida. No os vamos a engañar, no es de los clásicos que más hemos disfrutado, pero ha conseguido sorprendernos gratamente a pesar de la primera mala impresión que tuvimos.



06 julio 2017

"El odio que das", de Angie Thomas





El odio que das
Angie Thomas
438 páginas
Océano Gran Travesía
16.95€
9788494631573






Starr es una chica que vive atrapada entre dos mundos: por un lado, el barrio pobre y problemático donde nació y vive con su familia, en el que los problemas entre bandas, el tráfico de drogas y los tiroteos están a la orden del día; y por otro, el barrio residencial y elegante donde, desde hace unos años, acude al colegio. Es difícil para ella mantener el equilibrio entre ambos, sobre todo cuando se trata de sus amigos, tanto los de un lado como los de otro, pero aún así, lo sobrelleva como puede. En cambio, ser testigo de cómo su mejor amigo muere a tiros a manos de la policía va a marcar la diferencia y a hacer colisionar sus dos mundos. A partir de ahí, Starr se encuentra en el punto de mira, ya que su presencia en esa terrorífica noche va a ser usada como excusa por unos, y como arma, por otros.

A veces puedes hacerlo todo bien y de todos modos las cosas salen mal. La clave está en no dejar de hacer las cosas bien. 

Con esta sinopsis, y con la cantidad de reseñas buenas que le acompañaban, era difícil resistirse a este libro. Pero, ¿conocéis esa sensación de querer que os guste algo con mucha fuerza (porque todo el mundo piensa que es buenísimo), pero que finalmente no acabe siendo para tanto? Pues justo eso me ha pasado con este libro. Ha estado bien, pero no me ha parecido tan maravilloso como la gran mayoría de la gente piensa.

El tema principal que trata está relacionado con el movimiento Black Lives Matter, que surgió en EEUU hace unos años, como protesta por la muerte de personas negras a manos de la policía. Así como, por la brutalidad policial y la desigualdad racial en la justicia penal de EEUU.
De manera que, la muerte de Khalil, el mejor amigo de Starr, desgraciadamente, podría ser perfectamente real, podría haber desencadenado estas protestas, y la historia que nos cuenta nuestra protagonista podría haber sido totalmente cierta. Esto es lo que más me ha gustado del libro, el realismo de la trama y que trate un tema tan actual, tan necesario y tan poco tratado en la literatura juvenil. También me ha gustado, lo que trasmite la autora a través de Starr, el hecho de que hay que luchar, que tenemos que alzar nuestra voz contra las injusticias.

¿Dónde ha estado el problema, entonces? No he conseguido conectar con la protagonista, y teniendo en cuenta que la narración es en primera persona, eso ha hecho que tampoco llegue a conectar del todo con lo que iba sucediendo a lo largo de las páginas. Quizá por este motivo, la lectura me ha resultado un poco lenta y no he conseguido engancharme prácticamente hasta que han llegado los últimos capítulos. De hecho, gran parte del tiempo, me he sentido desconectada de la historia, no me ha atrapado y en muchos momentos sentía que pasaba páginas sin que en ellas sucediera nada demasiado importante, lo que me desanimaba aún más.

La escritura de la autora es muy sencilla, coloquial; tal y como nos contaría las cosas una chica de dieciséis años. Pero no ha conseguido llegarme. Teniendo en cuenta lo que iba sucediendo en la trama, habría sido lógico que me hubiera provocado diferentes emociones, como impotencia, rabia y también, tristeza y esperanza. Pero no puedo engañaros, no lo ha conseguido. Y es realmente una pena, porque esperaba mucho de este libro. Aún así, me parece muy bueno el mensaje que transmite y es muy necesario que se cuenten historias como esta. Quizá, tan solo, no he escogido el momento adecuado para leerlo; o puede que, una vez más, las altas expectativas me hayan jugado una mala pasada.

- Que seas valiente no quiere decir que no tengas miedo, Starr -dice ella-. Significa que sigues adelante aunque tengas miedo. Y eso es lo que estás haciendo.